Y es verdad que el orgullo anuncia la caida, te lo digo para que no lo pierdas todo.

7.4.13

Sanando heridas

Al final, el sexo era lo menos importante. Después de todo, un cuerpo es sólo un cuerpo, y en realidad no importa si la mano que te toca es la de un hombre o la de una mujer. Estar con él me brindó placer, pero también me infundió para vivir otra vez en el presente. Esto era lo más importante; dejé de mirar hacia atrás todo el tiempo, y poco a poco se fueron sanando las innumerables heridas que llevaba conmigo. No volví a sentirme un ser completo, pero al menos dejé de odiar mi vida. Alguien se había enamorado de mi y yo descubrí que era capaz de amarlo. No te pido que lo entiendas, sólo que lo aceptes como un hecho. Hay muchas cosas en mi vida de las cuales me arrepiento, pero ésta no es una de ellas.

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