Bienvenidos a Micaela, un concepto muy amplio para algunos.

Bienvenido a Micaela, bienvenido a la vida de la chica que prefiere estar mal acompañada antes que estar sola, prefiere el “te quiero” de una persona que un millón de otras personas, bienvenidos a la desgracia en persona, a la chica con más mala suerte en el mundo, bienvenido a la chica que no le sale nada bien, se siente torpe, se ve gorda y fea, bienvenidos a la chica que tiene más problemas existenciales que cualquier otra adolescente, bienvenidos a la trágica vida adolescente de una mujer que se siente sola aún estando en compañía, bienvenido a la vida de Micaela una adolescente que atraviesa el espeso bosque de la adolescencia, se enfrenta a las temibles serpientes de los problemas existenciales y sigue con una sonrisa, aunque a veces llora sin motivo. La chica que se enamora de lo que ve, la chica que por tener lo que quiere hace cosas realmente estúpidas, la chica que para que alguien la quiera cambia totalmente de personalidad, la chica que cambia de humor en tres segundos sin motivo aparente, la chica que sueña que su papá se convierte en gallo y se despierta llorando, bienvenidos a la chica que se siente como un pez fuera del agua, que se siente como distinta hacia los demás, que cuando llora todo su alrededor ella está feliz y cuando están todos felices ella llora, la chica que va contra el viento de la sociedad, la oveja negra del establo de mi escuela, así me defino yo, y así soy, sé que suena interesante, pero no lo es.